X

logo
 Pokrewne IndeksHoward Robert E. Conan Conan i prorok ciemnościJedwabne a zbrodnie na Kresach 1939 1941 prof. Jerzy Robert NowakMiloĹĄ JesenskĂ˝ & Robert Leśniakiewicz Tajemnica księżycowej jaskiniKościuszko Robert Wojownik Trzech CzasĂłw 1 ElezarIsaac Asimov & Robert Silverberg The Ugly Little BoyM165. Roberts Alison Prawdziwy tataForward, Robert L Rocheworld 3 Ocean Under the Ice02.Robert Ludlum Dziedzictwo ScarlattichRoberts Nora Irlandzka wróşkaThe Kategan Alphas 6 Tempting Whispers
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • boatlife.htw.pl



  • [ Pobierz całość w formacie PDF ]

    pausa en su tarea de servir y escuchó abiertamente. Pero el viejo pareció quedar
    satisfecho.
    - Cierto... muy cierto - admitió, y dio otro sorbo a su bebida -. Hay que prestar asilo
    cuando es necesario, s�... - sus palabras se perdieron en un murmullo.
    La tensión nerviosa se relajó. La mayor�a de los presentes se sintieron
    subconscientemente felices de seguir la opinión del viejo, evitando la intrusión en las
    motivaciones del otro. Magee se giró hacia Dave.
    - Pens� que lo que no supieras no podr�a hacerte da�o, ni a nosotros tampoco... pero
    la cuestión est� abierta.
    - �Qu� es lo que quiso decir?
    - El Abuelo te preguntó si estabas metido en esto... si eras o no miembro de la antigua
    y honorable fraternidad de ladrones, navajeros y carteristas.
    Magee miró directamente al rostro de Dave con aire de sardónica diversión. Dave miró
    desconcertado de Magee a los dem�s, vio cómo intercambiaban miradas, y pensó qu�
    respuesta esperaban de �l. Alee rompió la pausa.
    - Bien - dijo con una risita -, �a qu� est�s esperando? Adelante, responde a su
    pregunta... �o acaso los amigos del gran Difuso tienen derecho a utilizar este club sin
    consentimiento de los dem�s miembros?
    - Creo haberte dicho que cerraras el pico, Alee - dijo el Difuso tranquilamente -.
    Adem�s... est�s olvidando un requisito. Todos los camaradas aqu� presentes deben
    decidir primero si debemos formular o no la pregunta.
    Un hombrecillo tranquilo con una crónica expresión preocupada en los ojos respondió:
    - No creo que esto sea necesario, Difuso. Si hubiera venido solo por sus propios
    medios, o hubiera ca�do en nuestras manos... en ese caso s�. Pero t� lo trajiste aqu�. Creo
    hablar por todos si digo que deber�a responder a la pregunta. A menos que alguien ponga
    objeciones, la formular� yo mismo. - Hizo una pausa y dejó que pasara un cierto tiempo.
    Nadie dijo nada -. Bien, entonces... Dave, has visto mucho y has o�do mucho. �Quieres
    marcharte ahora... o prefieres quedarte y pronunciar el juramento de nuestra cofrad�a?
    Debo advertirte que una vez convertido en uno de los nuestros lo ser�s toda tu vida... y
    que sólo hay un castigo para quien traiciona a los nuestros.
    Se pasó el �ndice a trav�s de la garganta, en el antiguo gesto de muerte. El Abuelo le
    a�adió un apropiado efecto sonoro inspirando aire entre sus dientes cerrados y soltando
    una risita.
    Dave miró a su alrededor. El rostro de Magee no le prestó ninguna ayuda.
    - �Qu� es lo que tengo que jurar? - ganó tiempo.
    La conferencia fue interrumpida por el sonido de unos golpes secos en el exterior.
    Hubo un grito, amortiguado por dos puertas cerradas y un tramo de escaleras.
    - �Abran ah� abajo!
    Magee se puso r�pidamente en pie e hizo un gesto a Dave.
    - Eso es para nosotros, compadre - dijo -. Ven conmigo.
    Se acercó a una vieja y pesada m�quina de discos de antiguo dise�o que hab�a
    apoyada contra la pared, trasteó debajo de ella, manipuló algo, luego abrió uno de sus
    paneles laterales. Dave vio que el mecanismo hab�a sido dispuesto de tal modo que un
    hombre pod�a ocultarse dentro de ella. Magee le apremió a que se metiera dentro, cerró
    de nuevo el panel, y lo dejó all�.
    Su rostro quedaba aplastado contra la rejilla que se supon�a cubr�a el altavoz. Molly
    hab�a retirado los dos vasos extra de encima de la mesa, y estaba vertiendo un poco de
    bebida sobre �sta para que borrara los redondeles que los dos vasos hab�an dejado.
    MacKinnon vio al Difuso deslizarse debajo de la mesa y desaparecer. Aparentemente,
    se hab�a pegado de alguna manera debajo del tablero.,
    Mam� Johnston estaba organizando un gran estruendo para abrir. La puerta interior se
    abrió inmediatamente, con mucho ruido. Luego taconeó fuertemente escaleras arriba, hizo
    una pausa, resopló, y se quejó en voz alta. La oyó abrir la puerta exterior.
    - �Vaya hora de despertar a la gente honesta! - protestó -. Ya es suficientemente duro
    hacer todo el trabajo que tengo que hacer sin tener que estar dando cuenta de lo que
    estoy haciendo cada cinco minutos, y...
    - Ya basta de eso, vieja - respondió una voz de hombre -, y baja esas escaleras.
    Tenemos que hablar de negocios contigo.
    - �Qu� tipo de negocios? - preguntó ella.
    - Podr�a ser el vender licores sin licencia, pero no se trata de eso... esta vez.
    - No los vendo... �ste es un club privado. Los miembros traen su propio licor; yo
    simplemente se lo sirvo.
    - De esto se trata precisamente. Es a esos miembros a los que quiero hablar. Ahora
    salte de en medio, y aprisa.
    Entraron en la habitación empujando a Mam� Johnston, que no dejaba de hablar, a
    trav�s de la puerta. El que llevaba la voz cantante era un sargento de la polic�a; iba
    acompa�ado por un agente de patrulla. Sigui�ndoles iban otros dos hombres
    uniformados, pero pertenec�an al ej�rcito. MacKinnon juzgó por los galones de sus
    uniformes que eran un cabo y un soldado... siempre que las insignias en Nueva Am�rica
    fueran similares a las utilizadas por el ej�rcito de los Estados Unidos.
    El sargento no prestó atención a Mam� Johnston.
    - �De pie todos los hombres! - gritó -. �Pónganse en fila!
    Lo hicieron, a disgusto pero sin dilación. Molly y Mam� Johnston se quedaron [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • aureola.keep.pl







  • Drogi uĚźytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.